Una vez que sonó el pitazo de Germán Delfino indicando el final del clásico, ellos se miraron a los ojos, brillosos llenos de lagrimas, observaron el cielo, se fundieron en un fuerte abrazo y dijeron: misión cumplida!. No paro allí el momento sublime del festejo, seguramente salieron todos a un bar céntrico a festejar el rutilante logro, el triunfo tan esperado el cual nadie puede discutir. Continuaron pasando las horas y su juego fue el claro ganador de la jornada. Si usted cree, estimado lector/a, que me estoy refiriendo a el "Coto" Correa, Facundo Sava, algún jugador o dirigente de Unión, esta totalmente equivocado: estoy hablando de Pablo Farias y colaboradores a cargo de la organización de la seguridad del clásico. Con "su" magistral jugada sumado a los resultados positivos que saltan a la vista, es motivo para salir a los medios a festejar el gran logro, en detrimento del hincha en común
Al hincha de Unión seguramente no le interesara este comentario, por que esta festejando un desahogo que tenia en la garganta guardado hace tiempo. El hincha de Colon menos le interesara por que todavía esta buscando respuestas a la derrota ante su rival. Media ciudad festeja. Media no. Pero se están olvidando de algo importante y clave para el futuro: el clásico se jugo a puertas cerradas. Triunfo la inoperancia que cual, sirve de peligroso ANTECEDENTE, en caso que haya nuevo clásico o algún evento deportivo importante el la ciudad. No hay que dejar pasar por alto este detalle.
Insisto, al margen del resultado deportivo, quien perdió fue la ciudad. Familias humildes que se dedican a la venta de hamburguesas, choripanes, camisetas, banderas, comercios, el trapito de los estacionamientos cerca del club, etc. se privaron de vender o hacer la "diferencia" económica por la desicion de jugar sin publico. ¿Pulseada ganada a los violentos? Ni ahí (dirían los jóvenes). En las próximas semanas volverá todo a la "normalidad" (lamentablemente) y harán de las suyas como siempre y veremos que de nada sirvió este "escarmiento" que paga las consecuencias el hincha en común o el socio del club
Es muy feo y hasta aburrido (si, re aburrido) no escuchar a la gente en un estadio. Es la música el espectáculo la cancha llena. Es el alma. La alegría. El termómetro del un partido. Igualmente, para que vean que no soy tan negativo y malo, debo felicitar a esta gestión por algunos de los LOGROS históricos que detallo a continuación:
1º El equipo de Union que salio a la cancha, por primera vez en su historia no fue recibido con papeles, ni aplausos, ni aliento por parte de su gente
2º El plantel de Colon, por primera vez en su historia, no fue insultado, ni silbado, ni molestado por la hinchada de su eterno rival: Unión
3º No hubo reventas de entradas en ningún punto de la ciudad (tiembla ticketec)
4º No hubo hinchas apostados, días previos en la sede del club durmiendo en carpa para conseguir su preciada entrada
5º No hubo empujones ni desmanes para saltarse el molinete y entrar gratis a ver el partido
6º Las pelotas que iban a parar a las tribunas, producto del juego, nadie se las pudo llevar de recuerdo a su casa
7º Los policías se ahorraron el arduo trabajo de palpar a cada hincha para entrar a la cancha
8º La AFA se ahorro el gasto de los tickets de las entradas y su traslado a la ciudad
9º Los jugadores del equipo ganador, no arrojaron sus camisetas al publico y ahorraron su dinero (por si no lo sabían, si un jugador regala una camiseta, se las cobran descontandole de su sueldo)
10º Quienes transmitimos los partidos, no sufrimos los inconvenientes de los gritos o ensordecedores cánticos que a veces nos tapan cuando el micrófono de campo esta encendido (gracias eh!) y pudimos expresarnos claramente sin interrupciones en nuestro trabajo
11º Los barrenderos de la municipalidad, tuvieron un lunes tranquilo por que no había tanta mugre alrededor de la cancha como cuando esta el publico presente
Todos estos logros hacen que para quienes organizaron el espectáculo, sea como una "tarea cumplida". No nos engañemos. Se suspende la presencia del publico por los violentos. Al menos esa fue la excusa. Los violentos, volverán a las canchas y continuaran haciendo de las suyas, en cambio el hincha en común, se perdió vivir el espectáculo que cualquier hincha desea: ver el clásico. No nos quedemos en la anécdota y comencemos a trabajar para revertir todo esto.-
Por: Jorge Daniel Garcia *(periodista de fm chalet)
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