miércoles, 15 de noviembre de 2017

Presentacion del libro MONZON la biografia definitiva

El miércoles 15 de noviembre, pasadas las 20.00 hs en el emblemático quincho de “Chiquito” se llevó adelante la conferencia de prensa donde se presentó oficialmente el libro sobre Carlos Monzón escrito por el reconocido periodista de boxeo Carlos Irusta. Los detalles de la misma

Ricardo Porta: Me es muy grato compartir este momento en el Templo de la amistad, junto a la familia Berón, al decir la familia Berón digo específicamente Mari y su compañero de ruta, Cristian. También les traigo un mensaje de 2 iconos de la cumbia santafesina como lo son Marcos Camino y “cacho” Deicas, que me pidieron encarecidamente que ellos van a estar aquí, con su espíritu. Por supuesto no se querían perder esta ceremonia de presentación del más grande para nosotros, Carlos Monzón, y su autor. Quiero agradecer profundamente a Carlitos Fertonani, y su Santa Fe producciones hicieron posible que Carlos Irusta, el enorme Carlos Irusta. También a Claudio Martinet en representación del boxeo santafesino. Le quiero dejar el micrófono unos segunditos para la bienvenida de Mari.

Mari Berón: Quiero agradecerles la presencia a todos ustedes que tengo el honor que se hayan reunido acá, en nuestra casa, agradecerle a don Carlos Irusta por elegir el Templo de la Amistad para presentar su libro, es un gran placer para mí y mi grupo de gente, la gran familia del Quincho de “chiquito”, también a Claudio Martinet que siempre esta bancándonos en todo. Fue uno de los impulsores de traerlo a Carlos Irusta para este emprendimiento que hoy se realiza. Muchas gracias y disfrutemos de esto. Buenas noches

Ricardo Porta: El libro, que a continuación voy a presentar, se pueden conseguir en Mauro Yardin librerías. Quiero ser, como dijo el filósofo Gracián para todos los tiempos, “Si breve bueno, 2 veces bueno”. Yo les quiero decir que aquí nos están acompañando uno de los espíritus de Carlos Monzón, del gran Amílcar Brusa, y del dueño de la casa, “chiquito” Uleriche. Yo voy a contar una anécdota que encierra en alguna faceta el personaje de Carlos Monzón. Y también de su autor, porque el participo, fue protagonista de la anécdota que voy a contar. 25 de noviembre de 1980 la batalla de Wembley. Así titulamos algunos periodistas en durísimo enfrentamiento entre el Sanjustino, el argentino Carlos del Valle Herrera y el entonces campeón del mundo, el “morocho” islas Antiguas, colonia británica, Maurice Hope. ¿Y por qué digo, que encierra un poco el perfil del protagonista, en definitiva, nuestro Carlos Monzón, la biografía definitiva? Porque en esa pelea, cuando Carlos del Valle Herrera lo tenía KO, prácticamente intervino el árbitro para contar, ahí vimos como subió al cuadrilátero Carlos Monzón y le dijo “HdP, pegale” a Del Valle Herrera.
Tomando un café en uno de los bares típicos, clásicos londinense, con el recordado, enorme, incomparable Ulises Barrera, me dijo: “Ricardo, el periodista 1° tiene que hablar español, tiene que leer mucho. Y 2° hablar solamente de lo que sabe. ¿Por qué relaciono esta anécdota con Carlos Irusta? Porque Carlitos Irusta es un lector compulsivo. Y sabe. Habla de lo que sabe, precisamente que es el boxeo. También opina y opino de futbol, con notas increíbles, incomparables, recordadas. Paseo por las principales editoriales de la argentina. Particularmente hago hincapié en la revista “El Grafico”. Carlos Irusta, es un orgullo para el periodismo deportivo argentino. Estudioso, investigativo, investigador. Inquisitivo. Formador de opinión. Pero con absoluta responsabilidad. Es por eso que te quiero dar la bienvenida y te agradezco que te hayas ocupado de este tema porque aquí en Santa Fe, vos salís a la calle Carlitos, en una ciudad tan futbolera, pregunta algún hito en la historia de Colon y de Unión la gente duda. Pero vos decís: 7 de noviembre 1970” y me animo a decirte que las nuevas generaciones te dicen “Monzon-Benvenutti”. La noche es tuya

Carlos Irusta: Muchas gracias a la señora Mari, a Claudio por todo su apoyo. A Carlitos que anda por allá semi escondido, por supuesto vos, (en referencia a Ricardo) son muchos años de haber vivido cosas juntos. Cuando uno escucha la palabra Templo de la Amistad, cuando evoca la memoria de los viejos amigos que ya no están, uno siente también que de alguna manera está cumpliendo con algo en la vida. Vivir significa también tratar de trascender. Dejar alguna huella, alguna memoria, algún recuerdo porque dicen que mientras a uno lo recuerden, uno no muere. Con la carga de emoción que significa todo esto, digo que Monzón está vivo, porque siempre va a haber, especialmente en Santa Fe, en cualquier punto de la argentina, alguien que lo recuerde. Cuando me toco la responsabilidad de escribir este libro, a través de la gente de planeta, me sentí muy comprometido. Me di cuenta que si no lo había hecho hasta ese momento, es porque la vida de Carlos no es una vida plagada solamente de éxitos. Carlos ha vivido la tragedia, y la fama. Ha vivido y trascendido desde la pobreza hasta los ex de cine.

Es una vida muy compleja con detalles que en algunos casos todos estamos seguros no quisiéramos que este en su vida, pero esta, forma parte de ella. Por un lado sentí esa carga, esa mochila. Me di cuenta que si no había empezado antes es porque tenía miedo. Y 2° cuando a través de Martinet vinimos a Santa Fe, hará 3 meses calculo, para hablar con los amigos que pudiéramos juntarlos, porque en realidad no había demasiado tiempo, no existió tanto tiempo, fueron 6 meses de trabajo. Vinimos acá, hablamos con algunos, con la hija de Carlos. No me anime a decirle a la señora Mari, pero se lo dije a Claudio: “Mira, creo que si hay 1 lugar donde hay que presentar este libro, tiene que ser acá”. No hay otro lugar. No puede haber otro lugar. Tiene que ser este. Lo pensé con egoísmo. Lo pensé también por mí. Era un gusto que quería darme. Todos tenemos derecho a tener sueño, entonces me dije: Esto tiene que ser así”. Y bueno, afortunadamente estamos acá.

Tuve una relación de muchos años con Monzón. Confieso que tengo mucho miedo a eso de caer en la mitomanía que yo era amigo de él, en esas cosas que se dicen cuando el pobre muerto no te puede desmentir. Lo aprecie mucho en las buenas y en las malas. Lo aprecie siempre. A veces creo que fuimos políticamente incorrectos. Sobre todo en la última parte. Cuando uno aprecia a una persona, la aprecia porque sí. Y es lo que el corazón dicta. Esto es así. También a la hora de escribir, sentí que la unía forma que tenía que escribir esto era poner puntualmente dato por dato todo aquello que hubiera pasado en su vida. No solamente lo deportivo, sino todo lo demás. Con la mayor objetividad posible aunque sabemos que la objetividad no existe. Creo que no se puede encontrar una línea donde haya un adjetivo calificativo que pueda lastimar a nadie. Tuve mucho cuidado en eso.

También pensé que iba a ser una crónica muy fría, entonces agregue reflexiones mías, escritas de tal manera como si se lo hubiera podido contar a él, o a usted. Esas charlas de café donde uno se sincera con el otro y agrega cosas. Sentí además que Monzón, por supuesto forma parte de 1 historia, cuando digo 1 historia digo, el advenimiento de Lectoure, la campaña en el Luna Park. Un deporte argentino donde no había grandes éxitos, ni grandes logros. La selección nacional de futbol, en el año 70 cuando gana Monzón no había ganado nada, que yo sepa. Vilas estaba empezando, Reutemann estaba por allí. Monzón se convierte también en un símbolo de ese deseo de ganar. Y no solamente se convierte en un símbolo de ese deseo de ganar, se convierte en un habito. Uno prendía la TV están do casi seguro de que conocía el final de la película. Y por suerte siempre ganaba el mejor.

Ganaba el nuestro. Quisiera agregar 1 montón de cosas más, y realmente me cuesta mucho trabajo elaborar las palabras. Quiero decir, que este Templo de la Amistad llena mi corazón y mi alma de 1 alegría muy especial. A los 69 años tenemos siempre algunos la tentación de tener nuevas ilusiones, nuevos objetivos, nuevos desafíos. A mí me dieron esto, y lo tome como suelo tomar generalmente mis cosas, me metí en esto hasta la cabeza. Si me equivoque, le erre, le pifie, sé que forma parte del riesgo. En este momento se me ocurre formular una sencilla invitación que es cerrar los ojos por 3 segundos y sentir de verdad que Monzón está aquí


Quiero agradecerles a todos, por haber estado acá, ya hable de Porta, de la señora Mari, de Martinet, de Cantero, de don Carlos que anda allí medio escondido, Isaak que también me ayudó mucho cuando yo estuve haciendo mi búsqueda. Esta Ferrer. En realidad no quiero seguir nombrando porque tengo mucho miedo de cometer algún olvido, alguna omisión porque básicamente lo que he sentido acá, desde la 1° vez que vine, hace muchos años, siempre me sentí muy cómodo, siempre me sentí muy bien. Siempre me sentí muy bien en este lugar, porque cada vez que yo venía, generalmente por razones de trabajo, terminábamos acá porque fuese como fuese, Carlos siempre nos decía: “vayan para el quincho, vayan para allá”. Era una orden/invitación. Con algunos hemos viajado mucho, con otros hemos compartido noches de peleas, hemos compartido triunfos, hemos compartido derrotas, hemos compartido un montón de cosas. Vuelvo al comienzo para decir que cuando dejamos Santa Fe hace algunos meses, rumbo a Buenos Aires, para seguir escribiendo el libro, tuve el sueño de presentar este libro acá, así que tengo que agradecerles a ustedes y a Dios que este sueño se esté haciendo realidad. Muchas gracias a todos

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