miércoles, 9 de octubre de 2019

Justicia por Maximiliano Olmos

Justicia por Maximiliano Olmos
Antes del inicio del partido se realizó en el círculo central del campo del Eladio Rosso un breve homenaje a Maximiliano Olmos, el joven que fue asesinado el 19 de septiembre en barrio Mariano Comas. Estuvieron presentes familiares y amigos de Maxi, como así también ex-compañeros de la categoría 94 de Sportivo Guadalupe y dirigentes. 

Luego del ingreso de los equipos; los amigos, vecinos y ex-compañeros escoltaron a la familia de Maxi y se acercaron a la mitad de la cancha. Allí, Horacio Herrera, dirigente del club, actual técnico de inferiores y entrenador de Maximiliano en su paso por la institución, le entregó una camiseta utilizada por el joven y su carnet de jugador, a Azucena, la madre.
Tras unas sentidas palabras de Herrera, se unió en un abrazo con ella. Luego se sumaron el resto de los allegados y la gente con la que Maxi compartió su pasión por el fútbol desde adentro. 

Además,  los jugadores de Sportivo Guadalupe desplegaron una bandera con un mensaje claro, en pedido de justicia por el esclarecimiento del asesinato. Hubo aplausos entre lágrimas, junto con un reclamo que se replica día tras día en nuestra ciudad y en nuestra sociedad.

Horacio Herrera (dirigente del club, técnico de la Categoría 2005 y entrenador de Maximiliano Olmos en Sportivo Guadalupe)
SD1°: Contanos un poco de Maxi como jugador, adentro de la cancha…
Horacio Herrera: A Maxi lo formaron José y Fernando Buzzi. Yo me uno a ellos en el cuerpo técnico, y al poco tiempo, me quedé a cargo de la categoría 94, ya que ellos, por cuestiones personales, tuvieron que dejar de dirigir. Yo lo tuve los últimos 4-5 años que Maxi jugó acá. Era un jugador distinto. Se notaba muchísimo. Tenía una calidad y clase para jugar muy buena. Él jugaba de 5. Muy suelto, era recuperador de pelotas. A veces, más que un 5, parecía un enganche. Se plantaba muy bien en la mitad de la cancha. Llegaba siempre a todos los relevos, Tenía un muy buen juego aéreo y sobre el piso. No rifaba las pelotas. Le tirabas una pelota y te la devolvía mejor, no te devolvía un ladrillo (risas). Futbolísticamente fue un paso muy lindo por acá. Daba gusto verlo jugar. Tenía condiciones para estar en Primera, pero no sólo de la Liga. Yo creo que pudo haber llegado a Primera División.

SD1°: Desde tu lugar, ¿por qué crees que decidió dar un paso al costado en el fútbol?
Horacio Herrera: Él se encontraba en un momento de transición. Él quería ayudar a su familia, y estaba terminando la secundaria. En ese momento nosotros lo bancábamos en las prácticas, lo seguíamos de cerca. E incluso tuvo la oportunidad de estar en la Reserva a pesar de su corta edad. Sin embargo, un día yo estaba sentado en el banco y él se me acerca después de un entrenamiento y me dijo: “Profe, creo que no voy a jugar más, porque tengo que trabajar, estar con mi familia, y me quiero comprar una moto!”. Entonces, yo lo motivaba para que no deje, porque él tenía mucho futuro, y muchas chances de que alguien que lo viera de afuera lo llevará a jugar y probar suerte en algún club grande. Aunque no hubo caso. Aun así lo seguí viendo.  Y cuando nos veíamos, siempre le pedía lo mismo: “Maxi, volví que nos falta un 5”. Pero él me respondía que ya estaba retirado, 

SD1°:¿Era difícil conseguir un reemplazante en esa zona de la cancha para ese entonces?
Horacio Herrera: No, no había. Él marcaba los tiempos de la cancha. Era importante en la categoría. Cuando él jugaba, el equipo jugaba. Buscaba acompañarlo a su ritmo. Si él jugaba pausado, el equipo jugaba pausado. Si aceleraba, el equipo aceleraba. Marcaba muy bien las tendencias. Yo le encontré una posición donde él se plantaba solo y a la vez le encontré su relevo. Porque en el momento en el que se soltaba para hacer jugar al equipo, trataba de hallar un equilibrio en el mediocampo para que él pudiera cumplir esa función. Cuando él se plantaba, se hacia ese equilibrio y los otros se soltaban. El problema de él era que no podía jugar con alguien pegado al lado. O era 5, o se transformaba en enganche. A veces se le complicaba para el pobre relevo (el otro 5) que tenía que cumplir la doble función de acomodarse. 

SD1°: Aun así, pudo adaptarse a la par del equipo, y conocer su espacio en el campo
Horacio Herrera: Si, era una pieza clave. Muy pocas veces quedó afuera. Más que nada era por lesión, no por otra cosa. Recuerdo un patadón que le metieron, si no recuerdo mal en cancha de Newell´s, que lo dejó un tiempo inactivo. Pero era un jugador de los que no te hacía falta otro más. Recuperaba y si la perdías, retrocedía hasta lo necesario para capturarla de vuelta. Era un pulpo. 

SD1°: Y de parte de los compañeros de la 94, ¿cómo lo veían a Maxi? ¿Un referente o un jugador más?
Horacio Herrera: Él siempre fue importante para el grupo, adentro y afuera de la cancha. El grupo en sí fue muy bueno, muy unido, y con varios jugadores de buen pie. Desde hace tiempo lo vienen demostrando a esa unidad. Ahora, desde hace unas semanas, mucho más. Nos venimos contactando desde entonces. Nos juntamos de vuelta, con la promesa de seguir estando. Más allá del pedido de justicia, lo que pasó nos unió y queremos seguir estando en contacto. 

SD1°: Cambiando un poco de tema, y adentrándonos en lo que sucedió en el homenaje a Maxi, previo al partido. Fue algo muy fuerte en lo emotivo para sus ex-compañeros, sus familiares y amigos. ¿Cómo te sentiste cuando le entregaste la camiseta a Azucena, la mamá de Maxi? ¿Qué encontraste en ese abrazo con ella?
Horacio Herrera: Primero la tomé de la mano. Sentí que me unía a su lucha. Yo a todos los chicos los quiero por igual, El aprecio que tengo con ellos, y con Maxi, es enorme. Más allá del sentido homenaje que lo que nos dejó en el club, el abrazo eterno a Azucena es el abrazo del dolor que tenemos todos. El abrazo de dolor que nos significó haber perdido a un ciudadano, de una manera injusta. Más allá de que fue un baluarte en el club, fue una persona muy cálida, muy noble, que no tenía maldad para nada. En ese abrazo todos nosotros nos unimos. No solo fue mío el gesto, sino de toda la comunidad que pide justicia por él. 

SD1°: Seguramente desde el club trataran de comprometerse en la medida de lo posible con el reclamo de justicia, y acompañar a la familia de Maxi en este duro momento…
Horacio Herrera: Sí. Nosotros tratamos de hacerlo de la manera posible, poniendo la bandera en pedido de justicia hasta que se esclarezca el hecho. Ahí va a estar hasta que Maxi pueda realmente descansar en paz, y que su pedido de justicia sea realidad. Es la premisa del club, lo que deseamos como institución, como ciudadanos y como seres humanos.


Informe, entrevista y fotos realizado por Javier Goitia, para SD1° Santa Fe

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