SD1°: ¿Dónde naciste y que recuerdos tenes de tu infancia en ese lugar?
Dante Fernández: Nací en Córdoba Capital, barrio San Vicente. San Vicente es un barrio muy grande que se subdivide en varios barrios, yo vivía en barrio Altamira. Ahí jugué en un equipo que se llama Lavalle, en los “Cebollitas”. En aquel tiempo los Cebollitas entraban en los entretiempos de partidos de liga, achicaban la cancha ponían 2 arquitos y jugaban los Cebollitas. Es muy característico en Córdoba en todos los partidos de liga. Me acuerdo que se hizo un seleccionado de Córdoba de 10 u 11 años y fuimos a competir a Buenos Aires, hubo un campeonato argentino en Córdoba. Lavalle se fusiono con otro equipo que se llamaba Palermo. Se formó Unión San Vicente. El nombre de Unión San Vicente viene de la unión de los clubes y por el nombre del barrio que es grande. Hice todas las inferiores ahí hasta que llegue a primera, allá por el año 85.
Siempre tuve a mi viejo que me orientaba de la mejor manera, tuve la suerte de jugar al futbol profesional y conocer todas las canchas del futbol argentino. Haber ascendido 2 veces con Unión y Huracán de Corrientes. Muy contento de lograr lo que uno se propuso, no se ganó dinero como se ganaría en esta época pero me quedo ese orgullo de jugar al futbol profesional, queda adentro y no te lo saca nadie. De chico, cuando fuimos a Buenos Aires a jugar un torneo argentino, recuerdo la cancha de Tigre. En esa cancha en una parte de la platea, tiene como unos techos ovalados. Nunca se me borro eso de la mente. Cuando era profesional, y pasaba por ahí siempre me acordaba de cuando tenía 11 años había jugado en esa cancha. Recuerdo mucho los Baby Futbol que era muy característico en Córdoba. Se jugaban en cancha chicas como de básquet, se llenaba de gente, siempre jugábamos en el barrio, teníamos un equipo muy competitivo.
Toda mi vida, de chico, rodeado de la pelota, preocupado a qué hora tenía que jugar al futbol con los amigos. En el colegio jugábamos siempre en los intercolegiales. Una anécdota que recuerdo es que no estaba haciendo las cosas bien en casa. Mi papa me ponía en penitencia, y te buscaba lo que más duele para ponerte en penitencia: la penitencia mía era no poder ir a entrenar por tantos días. Teníamos que competir en un intercolegial, iba a una escuela de curas, le dije a mi profe “No voy a poder ir el sábado porque mi papa no me deja, me porte mal”. Por intermedio del director de la escuela que era un cura, hizo una nota pidiéndole por favor que me dejara ir porque supuestamente era una pieza importante del equipo. Cosas así vivía con el futbol. Mi viejo siempre me acompaño a todos lados, parte que yo haya jugado, se lo debo a el
SD1°: Lo mejor que te dejo el futbol a lo largo de tu carrera
deportiva
Dante Fernández: Hoy en día, sin ningún lugar a dudas, los amigos que me dejo el futbol. Contento conmigo mismo por la manera que me comporte en el transcurso cuando fui jugador de futbol profesional. Uno puede jugar, llegar, pero lo que queda de acá a muchos años es la amistad. Pase por circunstancias bastante graves, una situación de cáncer y ahí me he dado cuenta la cantidad de gente que me quiere, tanto en Santa Fe como en Córdoba. Los amigos, lo que han hecho por mí, eso no tiene precio. La plata no te sirve para nada, te sirve para estar un poquito mejor, para darte un gusto, pero lo que me llena de orgullo es como me maneje y ver los frutos que es tener un montón de amigos, principalmente del futbol, eso es lo que me queda.
SD1°: ¿Cuál fue el técnico que te dejo las mejores enseñanzas en
etapa formativa?
Dante Fernández: Tuve un técnico que me puso de delantero, de apellido Rojas, no me acuerdo el nombre en este momento, el me descubrió con 16 años. De grande, quien me marco fue Humberto Zucarelli. Me enseño un montón de cosas. Cuando llegue a Unión, al futbol profesional, yo había jugado en liga nada más, el me marco 2 o 3 cosas, inclusive retándome, mas delante de la gente; por ejemplo una vez me hice expulsar, y me dijo: “Esto no es liga, la próxima vez que hagas esto, no jugas más”, son cosas que te van enseñando. Me marco un poco. Después lo tuve unos años más, me llevo a Quilmes, a Huracán de Corrientes, fue como un maestro para mi Humberto. Tuve otros técnicos, y cada uno saca lo mejor y se acuerda. Si te tengo que nombrar uno, es Zucarelli
SD1°: ¿Cuál fue puesto en la cancha y por qué jugaste allí?
Dante Fernández: Comencé jugando de 2, después pase a jugar de 6. Luego de 5, en esa posición jugué cuando fui en esa selección de Córdoba. Después pase a jugar de 8, tenía mucha llegada, llegaba, cabeceaba, hacia goles, pero tenía poco regreso, como quien dice. Rojas me vio condiciones como para jugar de 9, me puso en ese lugar, ya jugaba en la cuarta. Una vez que empecé en este puesto, jamás salí de ahí, me encanto. Nunca había jugado de 9 pero me encanto estar ahí, buscarlas a todas, definir, tener el arco entre ceja y ceja siempre
SD1°: ¿Cuál fue el mejor momento en Unión?
Dante Fernández: En Unión de los 5 años, habré jugado en plenitud 3 años y medio, tuve muchas lesiones, la más larga, la de ligamentos cruzados. Cuando comencé a lesionarme, cometí muchos errores, me dejaba infiltrar para jugar. Si tengo que elegir un momento fue en aquel equipo del 89, si bien era mi primer año en la 1° división, tuve la suerte de jugar con mucha gente de experiencia, con gente que había jugado en primera. Tuve mi participación a pesar que no me conocía nadie, me gane mi lugar con esfuerzo y sacrificio. Tenía al “Pepe” Castro y Echaniz como delanteros, me gane mi lugarcito. A partir de ahí, tuve buenas y malas, pero destaco el campeonato del 89, tuve la suerte de hacer 12 goles y aportar para que Unión ascienda a primera división
SD1°: ¿Cuál fue el momento más difícil de tu carrera?
Dante Fernández: El más difícil, sin ningún lugar a dudas fue la lesión. Después que ascendimos en el 89, jugué en primera, y el último año en primera de ese Unión, me lesione la rodilla, ligamentos cruzados. Volví cuando unión ya estaba en la B, en el sexto partido por allá en el 93. Empecé a jugar, a convertir goles, y terminamos con Marcelo Ruffini con 21 goles y yo con 19 goles con varios partidos menos. Una barbaridad la cantidad de goles que me toco hacer ese año. A partir de ahí me vendieron a Quilmes, y al tiempo comenzó a dolerme la rodilla y no fui el mismo. Por eso siempre digo que plenamente jugué hasta los 25 años y medio, después fue pagar las consecuencias de haber jugado infiltrado cuando no tenía que hacerlo. Lamentablemente el peine es algo que te da la vida cuando ya te quedas pelado. Después seguí jugando, un poco por los antecedentes. Estuve en Huracán de Corrientes, en Venezuela, en Táchira, volví. En definitiva a lo largo de mi carrera nunca se ganó buena plata, tengo mi casa gracias a Unión y a Quilmes, equipos donde pude jugar en plenitud.
SD1°: En lo personal ¿Cuál es tu mejor partido o los mejores
partidos?
Dante Fernández: En Unión me toco 3 o 4 veces convertir 3 goles. En el 93, como mencione anteriormente, arranque a jugar la sexta fecha, comencé a convertir goles, fue impresionante. Me acuerdo cuando le ganamos a Nueva Chicago 4 a 1 y convertí 3 goles. A Villa Dalmine también le hice 3 goles, fue de esas tardes que uno está iluminado, por ahí no tocas muchas pelotas pero haces 3 goles. Después todos los micrófonos vienen con vos, “Estamos con la figura de la cancha” y yo me daba cuenta que la figura no era yo, la había tocado 3 veces. Tenía la suerte de estar ahí, por intuición donde va la pelota o cuando uno la buscaba, donde va a caer la pelota. Tuve la suerte que en varios partidos me nombraban entre comillas figura del partido porque había hecho 3 goles. El partido que jugamos con el corazón, con el alma fue la final del 89 que jugamos con Colon. Lo tengo filmado al partido, no por lo que significo ganarle al clásico tradicional, si no que nos metimos en la cabeza. Lo que corrimos ese partido, no se puede creer. Tuvimos el premio merecido.
SD1°: ¿Te quedo alguna materia pendiente en el futbol?
Dante Fernández: No, simplemente si pudiera volver el tiempo atrás, no me hubiese dejado infiltrar nunca la rodilla. A mí me infiltraban, salía a la cancha y no sentía nada pero la va destruyendo por dentro. Si en el momento de la lesión me hubiese hecho una operación o una artroscopia, se solucionaba el problema apenas apareció, hubiese jugado en plenitud hasta los 30 o 32 años, como juega cualquiera. Jugué hasta los 29 años, los últimos 4 años fueron un sufrimiento que jugué por los antecedentes no por lo que podía dar. No me daba la rodilla, y bueno… si me tengo que arrepentir de algo, es haberme dejado infiltrar. Una locura, en ese momento uno no se daba cuenta. Era distinto, no solo yo me infiltraba, muchos jugadores. Batistuta, como quedo, el mismo Diego que no puede caminar bien a veces con tan pocos años, eso es producto de las infiltraciones
SD1°: Dante, ¿Alguna anécdota que se pueda contar?
Dante Fernández: Hay muchas anécdotas, yo era un tipo que como buen cordobés, estaba jodiendo siempre a todo el mundo, haciendo bromas. Jugué en Mandiyú de Corrientes, cuando Maradona era el técnico, allí es donde empecé a tener problemas con las lesiones. Tengo muchas anécdotas con Diego
SD1°: Contame una, sería bueno conocer una anécdota con Diego
Dante Fernández: Todos los jueves comíamos asado. Los martes, Diego mandaba a su chofer, en una camioneta Mitsubishi Montero, a buscar la carne y a su padre. El padre venia, caía el miércoles, y todos los jueves después del entrenamiento, comíamos el asado. Cuando llego Diego a Mandiyú era una cosa que revoluciono todo Corrientes. Vivíamos en el mismo hotel, bajaba todos los días, a cada uno nos daba un beso, nos saludaba muy cordialmente. Muy amable, es un tipo que quiere mucho al jugador de futbol. Muy respetuoso. Todo aquel que conoció al Diego, que lo conoció de cerca, no tiene nada más que palabras de idolatría, es un tipo bárbaro. Después de su vida, y lo que le paso uno no tiene por qué opinar
El hacía jueguitos con cualquier cosa. Tiraba una moneda al suelo, cuando la moneda rebotaba, le pegaba de sobre pique y después la agarraba de vuelta. No sé cómo lo hacía. Nosotros nos arrancábamos la zapatilla cuando queríamos hacer eso. Nos quedábamos después de las prácticas viendo como pateaba los tiros libres. Se sentaba en la mesa con nosotros, era una cosa de sentarnos, mirarlo y escucharlo las cosas que contaba. Pasamos momentos lindos. En Unión pase 5 años hermosos. Ahí conocí a mi señora, nacieron mis 2 hijos, me compre mi casa. Aprendí a querer tanto a Unión y a esta ciudad que decidí quedarme a vivir acá. Felices de la vida
SD1°: Volviendo al tema de Diego, en la prensa siempre se habla más
de la vida privada y no de cómo es el trato con sus colegas, los jugadores
Dante Fernández: Seguramente. No es que ando defendiéndolo por todos lados, yo lo conocí, y cuando se ponen a hablar mal, a veces hablan peste de él y no me dan ganas ni siquiera de contestar. Todos quienes lo hemos conocido, se lo quiere mucho. Cuando vino al showbol que jugaba a la pelota todavía, estaba concentrando en Paraná, fui a verlo y nos atendió muy bien. Con él estaba jugando Goycoechea, que nos hicimos muy amigos en Mandiyú de Corrientes donde era el arquero, me hizo la segunda para volver a verlo, saludarlo, sacarnos algunas fotos, eso es lo lindo. Fue una de las cosas más lindas que me paso, haberlo conocido.
SD1°: ¿Qué haces actualmente?
Dante Fernández: Actualmente trabajo en una empresa, una distribuidora de
autopartes. Arcore se llama la empresa que está en calle Lamadrid y Suipacha. Vivo
viajando abasteciendo a las sucursales. Antes trabaje con Américo Giménez en
una agencia de publicidad. Hacíamos viajes especiales, lleve 5 años a los
periodistas en los partidos de visitantes, de Colon y de Unión, del 2000 al
2005 en esa empresa. Después que deje el futbol, me fui a Córdoba, trabaje de
remisero cuando termine de jugar, no iba la cosa, le dije a mi señora “Vamos a
Santa Fe y ocupamos nuestro departamento que estábamos alquilando”. Como te
dije, Américo Giménez me dio la posibilidad de estar con él 5 años y después se
me dio lo de Arcore, nada que ver con el futbol, hace 15 años que estoy. Pase unos
episodios difíciles últimamente, la gente me ha bancado, no estoy trabajando
porque me estoy recuperando, me han pagado siempre, no tengo nada de que
quejarme. Al contrario, agradecimiento. Actualmente encerrado como todo el
mundo, disfrutando de los nietos, tengo 2 hijos. El varón me dio una nena que
tiene 6 años, mi hija me regalo junto con Dios una varón de 3 años. Viviendo para
ellos, esperando que vengan, que estén acá, darle los gustos, malcriarlos, en
eso ocupamos el tiempo ahora
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